La diferencia entre nutrición y alimentación
En diferentes contextos, desde charlas entre amigos hasta trabajos escolares, he tenido la percepción que las palabras nutrición y alimentación a menudo se usan como sinónimos, aunque definitivamente no lo son.
Parecido no es lo mismo
Comienzo por decir lo obvio: es verdad que ambos conceptos guardan una estrecha relación entre ellos, a tal punto que una acción es casi imposible sin la existencia de la otra. Pero en el intento de acotar y diferenciar los conceptos, dedicaré este post a clarificar las diferencias y alcances de los vocablos.
¿Qué se entiende por alimentación?
Definimos alimentación, o el acto de alimentarse, como una predisposición voluntaria a través de la cual las personas ingieren alimentos para satisfacer una necesidad primaria que se vuelve muy urgente con el paso de las horas: saciar el hambre.
¿Qué se entiende por nutrición?
A diferencia de la alimentación, la nutrición en sí misma es un proceso de naturaleza fisiológica que en los hechos es involuntario, a tal punto que (planteando una hipótesis ridícula pero muy clara) si quisiéramos alimentarnos sin nutrirnos, no lo podríamos hacer.
Es nuestro organismo y no “nosotros”, el que pone en marcha los mecanismos fisiológicos y metabólicos necesarios para apropiarse de los nutrientes que necesita, para tener energía y mantener el cuerpo sano y vigoroso.
De este modo, queda claro que cuando procedemos a alimentarnos, lo hacemos voluntariamente como resultado de saciar el apetito o por motivos culturales, sociales e incluso rutinarios; pero cuándo y cómo nos nutrimos, no depende de nuestra voluntad sino que es un proceso que nuestro organismo pone en marcha cuando ingerimos alimentos y comienza con la digestión.
Qué es la nutrición
La nutrición, además de comenzar por la digestión, requiere ser complementada luego con otros procesos tales como la absorción a nivel intestinal, el transporte de proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales.
En suma: queda claro que la nutrición es una consecuencia de alimentarnos y que en función de lo buena o mala que ésta alimentación sea (mejor dicho de cuán sano o no tanto sea el perfil de los alimentos consumidos), nos nutriremos mejor o peor.